Acto de clausura del Seminario: La bóveda celeste como recurso científico, cultural, mediambiental y turístico
Cuarto Real de Santo Domingo. Granada (18 - 22/09/2017)
Buenos días:
Se me ha asignado a mí asistir a la clausura de este Curso de
la Universidad Internacional Menéndez Pelayo sobre la Bóveda Celeste como recurso científico, cultural, medioambiental y
turístico, dirigido por José Manuel Vilchez, con la colaboración de Alicia
Pelegrina, secretaria del curso, a quienes agradezco, en nombre del Rector
Cesar Nombela, haberlo promovido.
Cuando leí en el programa del curso que su principal objetivo
consistía en ahondar en el conocimiento sobre la conservación y preservación
del CIELO OSCURO, me extrañó, por mi ignorancia sobre la materia, que se
pudieran emparejar ambos términos, pues siempre había considerado el Cielo como
el lugar en el que resplandece la Luz Pura, al que todos aspiramos llegar
después de atravesar las sombras que nos acompañan mientras transitamos por
este mundo azacanado. Cielo y Oscuro me parecieron, de entrada, términos
refractarios entre sí.
Sin embargo, reflexionando ayer, mientras viajaba hasta esta
Granada la Bella, caí en la cuenta de que el CIELO OSCURO es, precisamente, la
manifestación de LO ETERNO, de lo que resiste al trajín del tiempo que a cada
uno le toca vivir.
Si hacemos un poco de memoria, cada uno podrá comprobar que
su vida consiste en una mezcla de acontecimientos azarosos entre los que se
intenta acomodar, para reconocerse en ellos a medida que va construyendo su propia
personalidad. En mi caso, ¿Quién es Guillermo? sino una barca a la deriva en el
proceloso mar del tiempo, en la que aspiro arribar a un puerto seguro en el que
poderme refugiar, ya sin el temor a perder una identidad más o menos lograda.
Pero, entonces, miro al cielo estrellado y me encuentro con
el MOVIMIENTO DE LAS ESFERAS ASTRALES, siempre igual y resistente a los avatares
ligados al paso del tiempo. La dinámica de este movimiento lo reafirma,
insistiendo en lo que es, sin amenaza de cambio ni alteración. Un movimiento
perfecto, matemáticamente consolidado por Kepler. Desde el punto de vista
semántico, FIRMAMENTO connota solidez, lo que tiene la suficiente consistencia
para mantenerse, de manera que el tiempo pasa, pero a él no le toca ni lo
cambia.
Por eso, los primeros filósofos fueron astrónomos, porque
descubrieron LO INTEMPORAL en el cielo estrellado, en donde, según ellos,
habita la Verdad que fundamenta la existencia del Cosmos, que denominaron physis y está ausente en la Caverna, en
ese oscuro flujo temporal en el que se desenvuelven y se desvanecen nuestras vidas.
Para Platón las ideas tenían un topos,
al que llamó URANOS. El lugar de la Verdad era para él el lugar celeste, y, más
recientemente, a Kant dos cosas despertaban su admiración: “el cielo estrellado
fuera de mí y el sentido del deber que está en mí”.
Con estas reflexiones, durante el viaje que me ha traído
hasta aquí, me he convencido de la necesidad de conservar y preservar el CIELO
OSCURO, dos términos que han dejado de oponerse entre sí, como pensaba antes de
venir, y que ha sido el objeto de este Curso, pero no solo como recurso económico,
turístico, patrimonial y científico, sino, además, como una necesidad
existencial para aliviar, contemplándolo en el silencio y la oscuridad de la
noche, esa melancolía que a veces nos inunda ante la dificultad de alcanzar la
plenitud que esforzadamente buscamos durante el transcurso de nuestra vida en el tiempo.
Termino reiterando mi agradecimiento al director ya la
secretaria del Curso por su organización, con la intervención de destacados
ponentes, a la empresa de educación y turismo científico Azimuth por su
inestimable colaboración, y a todos Vds. por su participación, que espero haya
enriquecido sus conocimientos y abierto líneas de colaboración en el futuro.
A continuación procederemos a la entrega de sus merecidos
diplomas de asistencia y, con ello, queda clausurado el Curso.
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