Acto de Clausura de la
IV Escuela de Humanidades, Metafísica y Mística “Fernando Rielo”. Retos para un
nuevo humanismo. Pensamiento, Arte y Educación (21/07/2017)
Buenas tardes:
Comparezco ante Vds., a la vera de Mons. Manuel Sánchez, Obispo de
Santander y compartiendo mesa con mis queridos amigos Juana Sánchez-Gey, directora de la Escuela y el Sr. D. Jesús Fernández, Presidente del
Instituto ID de Misioneros Identes, debido a un contra-tiempo que ha impedido
que el Jefe de Gabinete del Rector esté aquí para clausurar el Encuentro, como
inicialmente estaba previsto.
Les ruego, por tanto, que se muestren benévolos con lo que,
improvisadamente, les diré, con el programa de este Encuentro sobre Los
retos de un nuevo humanismo recién leído, un tema que habrá sido abordado a
la altura de su importancia y complejidad por todos Vds., y al que poco podré
añadir a lo que aquí ya se haya dicho.
A mi modo de ver, el “humanismo” consiste en el encarrilarse
del hombre y la mujer en un proceso orientado a la conquista de la propia
identidad y a lograr el desvelamiento y la posesión del propio ser que, a
diferencia del resto de las especies animales, no hemos recibido al completo. En
otras especies los individuos están definidos de antemano por su condición
específica, pues es evidente que ningún perro aspira más que a la “perrez”, y la
“perrez” es lo que lo identifica sin residuo y da sentido a todo su
comportamiento. Pero en el caso del hombre, el sujeto necesita conocer y seguir
unas disciplinas, a las que denominamos “humanidades”, para poder alcanzar
nuestra característica “humanidad”, porque aunque tengamos una experiencia
cierta del “yo”, en ella no se agota lo que cada uno es, como lo demuestra la
frenética e incesante actividad para alcanzar objetivos que apaguen nuestra
inagotable ansia de felicidad, muy distinta al simple objetivo de estar
satisfecho, que es lo propio del animal. Parece que el simple hecho de ser
hombre o mujer no es suficiente para nosotros, como ser gato o perro sí lo es
para los afortunados individuos de estas otras especies, tan animales como la
nuestra.
Y creo que en el espíritu que anima a los Misionero Identes se encuentra la clave
para alcanzar la plenitud que no encontramos en este mundo, como sí la
encuentran los demás seres vivos que pueblan la Tierra. Esta clave consiste en
el convencimiento de que el fondo del corazón humano comunica con un Origen
trascendente de nuestro ser, que por ello recibe la calificación de lo sagrado,
lo santo, el absoluto o fundamento, y que la progresiva fluidez e intensidad en
esta comunicación es lo único capaz restaurar el déficit existencial de integridad
que tanto nos azacana e inquieta. El humanismo se manifiesta, entonces, en un
proceso temporal interno de liberación de nuestras adherencias al mundo en que
vivimos, constitutivas de identidades ficticias, para dejar fluir sin
restricción en el núcleo humano que nos constituye la corriente de Amor Cósmico que está
en el origen lo creado. La consecución de la
humanidad, consecuentemente, está a un nivel distinto de la consecución de la “perrez”,
pues es paralela a la participación en la dinámica de un Don que lo fundamenta
todo, cuyo modelo es Jesucristo, que nos abre cada día el regazo de un Padre
común. En este regazo es donde desciframos nuestra auténtica identidad, y
recibimos esa piedrecita blanca con un nombre nuevo grabado, el cual nadie
conoce sino aquel que lo recibe (Ap. 2:17).
Solo me queda expresar mi agradecimiento a todos Vds. en
nombre de la UIMP por su participación en este Encuentro, a su Director y al Secretario
por promoverlo y organizarlo y a la Fundación Fernando Rielo por haberlo hecho
posible. Espero que les haya aprovechado y que haya suscitado líneas de trabajo
y de colaboración para el futuro, y que tengan la oportunidad de volver a este
lugar privilegiado, enclavado en la Península de la Magdalena en Santander,
para seguir compartiendo sus conocimientos y mejorarlos poniéndolos en común.
Procedemos a continuación a la entrega de sus merecidos DIPLOMAS
y, con ello queda clausurado el Encuentro.
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