CURSO MAGISTRAL: EN LA FRONTERA DE LO IMPOSIBLE: INTERACCIÓN DE LO
FANTÁSTICO EN LA LITERATURA Y EL CINE.
lunes, 2 de julio, 2018 – 10.00 h.
Palacio de la Magdalena - Sala Infantes
Buenos días,
Me ha caído en suerte esta semana que
el Departamento de Protocolo me asignara la inauguración de este Curso Magistral,
impartido por la Profesora Alicia Mariño, que lleva por título: En la
Frontera de lo Imposible: Interacción de lo Fantástico en la Literatura y el
Cine.
Al preparar esta breve intervención, me preguntaba quién sería
la persona que acumula el mérito suficiente para impartir uno de los
prestigiosos Cursos Magistrales que la UIMP ofrece en La Magdalena durante el
periodo estival, en este caso, repetidamente, porque, si no me equivoco, el que
ahora comienza es el 5º que imparte la Profesora Alicia Mariño durante los
veranos en los que esta Universidad trashumante viene a Santander. Y,
aprovechando las facilidades de información que ofrece el Internet del mundo
moderno, confieso que he “googleado” a la Maestra de este Curso Magistral, para
encontrar alguna pista sobre su especialización académica y poder decirles
alguna ocurrencia sobre la temática que va a impartir: el de la fantasía.
En la inspección que hice pude descargar de la nube una
contribución suya en el nº 16 de la Revista Théleme
de Estudios Franceses, titulado “La incertidumbre espacio-temporal en La Bouquinerie d’Outre-Temps, de André
Carpentier”, en la que encontré lo que iba buscando, pues al principio del
texto, se anuncia que lo fantástico “es el tema que abordaremos a lo largo de
este artículo”. Y cito, a continuación, el tramo del texto del que me serviré
para contarles mi ocurrencia:
“Si tenemos en cuenta las características temáticas más
generales de la literatura fantástica, debemos afirmar que en este tipo de
relatos se recrean situaciones en las que los seres humanos, insertos en el
mundo de la realidad objetiva, se encuentran súbitamente ante algo
extraordinario que da lugar a una situación inexplicable. Las fronteras de la
realidad cotidiana, del espacio, del tiempo, de las situaciones vividas
normalmente, son transgredidas ante la irrupción de un elemento
supra-natural en el orden natural de la realidad. Las leyes que rigen la
realidad objetiva se revelan insuficientes para calificar
y explicar las causas del acontecimiento extraño, misterioso y perturbador que
ha invadido la vida cotidiana”.
Y continúa diciendo:
“La incomprensión de este fenómeno inexplicable produce en
el personaje y en el lector vértigo, inquietud, miedo o angustia. Y, así,
se abre una fisura insondable en el
sólido edificio de la realidad objetiva, que sitúa al relato fantástico
en el terreno de la duda y la amabigüedad, en esa ‘duda irresoluble acerca
del ver y del creer’ de la que habla Italo Calvino (…) La transgresión de
fronteras que implica lo fantástico refleja el eterno interrogante, nunca
resuelto, del ser humano inserto en un universo que no llega a comprender en
su totalidad”.
Durante la lectura de este texto, en la que mi pensamiento
fluía cómodo con lo que en él se decía, al llegar a la expresión “sólido
edificio de la realidad”, la concordancia entre el texto y mi pensamiento
derivó en un contrapunto, consistente en que el “sólido edificio de la
realidad” no me parecía tan sólido.
Con el paso de los años voy viendo cómo todo lo que ha
ocupado las energías de una vida se va quedando atrás, sin posibilidad de
rescatarlo de ese lugar abandonado e inaccesible que es el pasado: el currículo
académico, formado con denodado esfuerzo, los hijos, con su consecuente proceso
de emancipación, la pérdida de seres queridos, incluso algunos de la propia
generación, la disminución de las energías vitales, físicas y mentales, que
impone ajustar a la baja el ritmo de actividad, etc. Todo ello me hace dudar de
la “solidez” del edificio de la realidad que cada uno se ha construido, pues
parece que el tiempo terminará por desmoronarlo sin remedio posible.
Son estas leyes que rigen la realidad objetiva lo que no se
llega a comprender en su totalidad. Es este acontecimiento extraño, misterioso
y perturbador del deterioro, hasta el punto de la abolición de lo cotidiano, lo
difícil de calificar y explicar, y por ello el recurso a la fantasía, en sus
variadas formas, es lo puede funcionar como vía de consuelo, a diferencia de lo que nos dice
Alicia Muñoz en su texto, cuando le atribuye vértigo, inquietud, miedo o
angustia. O terror, incluso, como se estudiará en varias de las sesiones de
este Curso Magistral.
La fantasía, en la forma de una “banalidad” presa de las
circunstancias, de la comodidad o de la moda, con la que quitamos fuste a la
gravedad del vivir. Aquella gravedad por la que la vida se medía con la
disposición misma a morir por la causa que la sostenía y que le daba sentido; o
la fantasía en la forma de “fe trascendente”, por la que los males de la vida
presente se reconducen al logro de una vida futura en un Reino de Gloria. Una
vez llegados a allí, cualquier vida que hayamos vivido es la mejor que
hubiéramos podido vivir, porque es la que nos habría hecho posible llegar a él.
La fantasía como vértigo, inquietud, miedo, angustia o terror,
o la fantasía como consuelo, una alternativa que me hubiera gustado aclarar
asistiendo a este Curso Magistral de la Profesora Mariño, pero que las
exigencias del trabajo de organización del Programa de Cursos en este lugar
privilegiado, enclavado en la Península de La Magdalena, no me lo permiten.
Solo me queda agradecerles su presencia en este Curso y
desearles que saquen el provecho que esperan de él. A Alicia Mariño por su
disposición a impartirlo y a la Fundación Santander Universidades el haberlo
hecho posible. Aprovecho para transmitirles la disposición del equipo de
gobierno y del personal que trabaja aquí de atenderles en lo que necesiten para
que su estancia sea lo más agradable posible.
Queda inaugurado este
Curso Magistral.
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