martes, 10 de julio de 2018

Inauguración Curso Magistral sobre la "fantasía"




lunes, 2 de julio, 2018 – 10.00 h.
Palacio de la Magdalena - Sala Infantes

Buenos días,

Me ha caído en suerte esta semana que el Departamento de Protocolo me asignara la inauguración de este Curso Magistral, impartido por la Profesora Alicia Mariño, que lleva por título: En la Frontera de lo Imposible: Interacción de lo Fantástico en la Literatura y el Cine.

Al preparar esta breve intervención, me preguntaba quién sería la persona que acumula el mérito suficiente para impartir uno de los prestigiosos Cursos Magistrales que la UIMP ofrece en La Magdalena durante el periodo estival, en este caso, repetidamente, porque, si no me equivoco, el que ahora comienza es el 5º que imparte la Profesora Alicia Mariño durante los veranos en los que esta Universidad trashumante viene a Santander. Y, aprovechando las facilidades de información que ofrece el Internet del mundo moderno, confieso que he “googleado” a la Maestra de este Curso Magistral, para encontrar alguna pista sobre su especialización académica y poder decirles alguna ocurrencia sobre la temática que va a impartir: el de la fantasía.

En la inspección que hice pude descargar de la nube una contribución suya en el nº 16 de la Revista Théleme de Estudios Franceses, titulado “La incertidumbre espacio-temporal en La Bouquinerie d’Outre-Temps, de André Carpentier”, en la que encontré lo que iba buscando, pues al principio del texto, se anuncia que lo fantástico “es el tema que abordaremos a lo largo de este artículo”. Y cito, a continuación, el tramo del texto del que me serviré para contarles mi ocurrencia:

“Si tenemos en cuenta las características temáticas más generales de la literatura fantástica, debemos afirmar que en este tipo de relatos se recrean situaciones en las que los seres humanos, insertos en el mundo de la realidad objetiva, se encuentran súbitamente ante algo extraordinario que da lugar a una situación inexplicable. Las fronteras de la realidad cotidiana, del espacio, del tiempo, de las situaciones vividas normalmente, son transgredidas ante la irrupción de un elemento supra-natural en el orden natural de la realidad. Las leyes que rigen la realidad objetiva se revelan insuficientes para calificar y explicar las causas del acontecimiento extraño, misterioso y perturbador que ha invadido la vida cotidiana”.

Y continúa diciendo:

“La incomprensión de este fenómeno inexplicable produce en el personaje y en el lector vértigo, inquietud, miedo o angustia. Y, así, se abre una fisura insondable en el sólido edificio de la realidad objetiva, que sitúa al relato fantástico en el terreno de la duda y la amabigüedad, en esa ‘duda irresoluble acerca del ver y del creer’ de la que habla Italo Calvino (…) La transgresión de fronteras que implica lo fantástico refleja el eterno interrogante, nunca resuelto, del ser humano inserto en un universo que no llega a comprender en su totalidad”.

Durante la lectura de este texto, en la que mi pensamiento fluía cómodo con lo que en él se decía, al llegar a la expresión “sólido edificio de la realidad”, la concordancia entre el texto y mi pensamiento derivó en un contrapunto, consistente en que el “sólido edificio de la realidad” no me parecía tan sólido.

Con el paso de los años voy viendo cómo todo lo que ha ocupado las energías de una vida se va quedando atrás, sin posibilidad de rescatarlo de ese lugar abandonado e inaccesible que es el pasado: el currículo académico, formado con denodado esfuerzo, los hijos, con su consecuente proceso de emancipación, la pérdida de seres queridos, incluso algunos de la propia generación, la disminución de las energías vitales, físicas y mentales, que impone ajustar a la baja el ritmo de actividad, etc. Todo ello me hace dudar de la “solidez” del edificio de la realidad que cada uno se ha construido, pues parece que el tiempo terminará por desmoronarlo sin remedio posible.

Son estas leyes que rigen la realidad objetiva lo que no se llega a comprender en su totalidad. Es este acontecimiento extraño, misterioso y perturbador del deterioro, hasta el punto de la abolición de lo cotidiano, lo difícil de calificar y explicar, y por ello el recurso a la fantasía, en sus variadas formas, es lo puede funcionar como vía de consuelo, a diferencia de lo que nos dice Alicia Muñoz en su texto, cuando le atribuye vértigo, inquietud, miedo o angustia. O terror, incluso, como se estudiará en varias de las sesiones de este Curso Magistral.

La fantasía, en la forma de una “banalidad” presa de las circunstancias, de la comodidad o de la moda, con la que quitamos fuste a la gravedad del vivir. Aquella gravedad por la que la vida se medía con la disposición misma a morir por la causa que la sostenía y que le daba sentido; o la fantasía en la forma de “fe trascendente”, por la que los males de la vida presente se reconducen al logro de una vida futura en un Reino de Gloria. Una vez llegados a allí, cualquier vida que hayamos vivido es la mejor que hubiéramos podido vivir, porque es la que nos habría hecho posible llegar a él.

La fantasía como vértigo, inquietud, miedo, angustia o terror, o la fantasía como consuelo, una alternativa que me hubiera gustado aclarar asistiendo a este Curso Magistral de la Profesora Mariño, pero que las exigencias del trabajo de organización del Programa de Cursos en este lugar privilegiado, enclavado en la Península de La Magdalena, no me lo permiten.

Solo me queda agradecerles su presencia en este Curso y desearles que saquen el provecho que esperan de él. A Alicia Mariño por su disposición a impartirlo y a la Fundación Santander Universidades el haberlo hecho posible. Aprovecho para transmitirles la disposición del equipo de gobierno y del personal que trabaja aquí de atenderles en lo que necesiten para que su estancia sea lo más agradable posible.

Queda inaugurado este Curso Magistral.

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