martes, 10 de julio de 2018

Clausura Master en Historia Contemporánea UIMP


Buenos días:

Por motivos “logísticos”, imprevisibles para mí, se me ha asignado clausurar este Ciclo de Conferencias, que lleva por título Caminos de la Historia, como parte del Master Interuniversitario en Historia Contemporánea, impartido en colaboración por nueve prestigiosas universidades españolas.

Les digo por motivos “logísticos”, cuando lo conveniente hubiera sido que dichos motivos hubieran sido “científicos”, porque he de confesarles que el conocimiento que tengo de esta disciplina no es otro que el del común de los mortales. Pero acabo de recibir un correo in extremis de la Vicerrectora de Postgrado e Investigación, la profesora Francisca García Caballero, en el que me decía:

Querido Guillermo: Habrás visto en el cuadro de protocolo que el Master Interuniveritario de Historia Contemporánea este año se celebra en Las Llamas, y se encuentra sin representante institucional. ¿Podrías acompañar al director del Master en la clausura, programada para las 12:30 h. en el Paraninfo de Las Llamas? 

Siento el “atraco”, pero yo salgo de viaje ese día en el avión de las 13.45 h. Hubiera estado bien que pudiera clausurarlo Eduardo como responsable del Campus, sin embargo, tiene ya dos clausuras en La Magdalena. Y Teresa, el 6 de julio estará a tope con la visita del panel Acredita del Master ELE.

Y termina su correo diciendo: Eres mi última esperanza.

No han sido, pues, motivos “científicos” por los que estoy ahora aquí con Vds., pues mi disciplina es la Filosofía del Derecho, sino, como les he dicho, “logísticos” y, en atención al correo que les he leído, también “solidarios” con la Vicerrectora y la Institución a la que pretendo contribuir lo mejor posible.

Consecuentemente, antes de venir no he podido más que leer precipitadamente la “Descripción de la Actividad” que aparece en el folleto informativo del Ciclo, para intentar decirles algo con sentido, que pueda embellecer este acto de cierre de la actividad. En ella se dice:

En el seminario Caminos de la Historia se abordarán algunos de los principales temas de debate y de las líneas de investigación más novedosas que se vienen desarrollando en los últimos años en la disciplina de la Historia Contemporánea. Temas y líneas que configuran una pluralidad de caminos, con sus correspondientes encrucijadas, en las que el historiador, como el ogro de la leyenda evocado por Marc Bloch, “ahí donde olfatea carne humana, ahí sabe que está su presa”.

Pues, “filosofando” un poco sobre este texto, he sacado tres referencias que, combinándolas, me han llevado a una ocurrencia. Las referencias son: 1) que el historiador se aplica al conocimiento de la temporalidad específicamente humana, como el ogro de Marc Bloch, que rastrea el olfato de la carne humana. 2) Que dicha temporalidad encuentra una pluralidad de caminos, y 3) que estos caminos constituyen “encrucijadas”.

Y la ocurrencia es que, si Aristóteles definió el tiempo como “la medida del movimiento según un antes y un después”, el historiador es quién estudia y expone los movimientos de la humanidad en el tiempo pasado, desde sus orígenes hasta hoy. Y entonces me pregunto, ¿Cuál es el origen de este impulso por conocer los hechos y acontecimientos que, por pertenecer al pasado, son un objeto de conocimiento que ya no existe?, ¿De dónde proviene ese afán biográfico que todos tenemos y que el historiador convierte en dedicación profesional?

En el caso de las ciencias experimentales, como puede ser la Física, o la Biología, parece que el motivo para estudiar cómo han cambiado los cuerpos hasta el presente, encuentra su justificación, porque al descubrir las regularidades que los han gobernado podemos predecir cómo cambiarán en el futuro, y utilizarlos racionalmente en nuestro beneficio. Pero en el caso de los historiadores, que, estudian la conducta pasada del género humano, su conocimiento no garantiza de ningún modo la posibilidad de predecir cómo viviremos en el futuro, y no parece que los modelos racionalistas, que encuentran en Hegel su paradigma, puedan desmentir la frase de William Shakespeare en el acto V de Macbeth: “La historia es un cuento sin sentido contado por un idiota”.

No puede ser, por tanto, el afán de seguridad lo que justifique la historia, pues a partir del pasado no podemos llegar a ninguna certeza de cómo será nuestro futuro, lo que por otra parte implicaría la anulación de la libertad. Es, precisamente, nuestra condición de seres libres lo que hace que el futuro se nos presente como una pluralidad de caminos por los que se pueden abrir líneas de tiempo distintas, y que, como tal, se nos presenta como una "encrucijada" que nos puede llevar hacia la perfección del vivir o, alternativamente, hasta la aniquilación de nuestra misma especie.

Consecuentemente, el sentido de la historia, como estudio de un objeto inexistente, no puede ser otro que el de aprender de nuestro pasado para afrontar nuestra responsabilidad ante el futuro. Y, ya que cité a Shakespeare, citaré también a nuestro Cervantes, quien dice en el Quijote: “cada uno es el artífice de su propio destino”. Y es ahora cuando tenemos que preguntarnos: ¿Qué nos enseña la Historia?

Aunque sea haciendo uso de mi conocimiento vulgar en esta materia, creo que una buena síntesis del aprendizaje que la Historia nos proporciona se refleja en el término inglés atonement, que significa redención, es decir, la salvación del género humano como el “llegar a ser todos uno”: AT‐ONE‐MENT, porque las épocas históricas más florecientes de la humanidad creo que han sido aquellas en las que primó lo común a lo propio, la concordia a la competencia extenuante, el sentido del deber, al afán reivindicativo de individuos mefirsters, con sobrada experiencia en conflictividad.

Es evidente que el ideal de la unidad del género humano no se alcanza automáticamente, como se describe en La Fábula de las Abejas de Mandeville, ni es obra de una mano invisible, como la de Adam Smith, sino mediante un esfuerzo de renovación personal, hasta llegar a sentir en lo hondo de cada uno la prioridad del “nosotros” al yo, y la responsabilidad por participar, sin fijismos ni intereses particulares, en la búsqueda de verdades compartidas que puedan orientar las difíciles encrucijadas que tenemos ante el futuro, para llegar alcanzar, si ello es posible in hoc saeculum, como decían los antiguos, no ya una convivencia sin roces, sino una en la que el ideal de justicia se hiciera realidad.

Ya solo me queda expresar mi agradecimiento a todos Vds. por su participación en este Ciclo de Conferencias, que ha contado con un programa tan atractivo y con la intervención de destacados ponentes, a las Universidades que organizan el Master su colaboración, a su Director Carlos Sanz y a la Secretaria, Carolina Rodríguez, que lo han hecho posible. Espero que este encuentro les haya aprovechado y que haya suscitado entre Vds. líneas de trabajo y de colaboración en el futuro, y que tengan la oportunidad de volver a este lugar privilegiado, enclavado en Santander, para seguir compartiendo sus conocimientos y mejorarlos poniéndolos en común.

A continuación vamos a proceder a la entrega de los Diplomas por su participación en este Ciclo.

Queda clausurado este Ciclo de Conferencias. 06/07/2018

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